Es vergonzoso el abuso de publicidad que ponen las emisoras de televisión en, por ejemplo, las películas.
Y para colmo, esperas el final para ver los créditos y poder enterarte de algún nombre que te interese, pero te quedas con las ganas, ya que cortan nada más acabar el último fotograma.
Si una película dura 100 minutos y empieza a las 22.00, pues con suerte te irás a dormir a la 1.00.
Creo que tendría que haber algún tipo de regulación en este aspecto, y si así es, pues no sé a qué esperan.
Repito, vergonzoso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de octubre de 2001