Un centenar de cañonazos retumbaron ayer en la capital de Europa, y no eran de guerra. Daban la bienvenida a Isabel Teresa María Elena, el primer retoño de los príncipes de Bélgica Felipe, de 41 años, y Matilde, de 28, y la primera mujer que se beneficiará del cambio constitucional de 1991 que iguala a los sexos en su derecho al trono. Isabel nació mediante cesárea en la noche del jueves, 10 días antes de lo previsto, en la clínica Erasmo, en Anderlecht; pesó 2,930 kilos, es rubia y 'muy guapa', según anunció el propio padre, emocionado y vestido con la bata verde de hospital tras haber asistido al parto. Los rumores de que la princesa Matilde esperaba gemelos provocaron el mes pasado cierta inquietud en el Gobierno, que llegó a preguntar a quién, en ese caso, debería designarse heredero. Desmentido el rumor y concluido el parto, conocer que el bebé era una niña le ha conferido al acontecimiento un significado especial a un país orgulloso de su evolución hacia la modernidad. 'Será una gran reina', dijo el heredero del monarca Alberto II, 'aunque antes que nada será una gran mujer. Eso deseo, que pueda desarrollar plenamente su personalidad'. Isabel será apadrinada por su primo Amadeo, hijo de la princesa Astrid, y por su tía materna Elena.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de octubre de 2001