'El asociacionismo es una herramienta paya que nos viene muy bien para que se conozca y se normalice nuestra situación en un Estado de derecho', afirma Manuel Heredia, presidente de la Federación de Asociaciones Gitanas de Cataluña. En toda Cataluña hay 44 centros culturales, asociaciones y secretariados gitanos que confirman que el tejido social de esta etnia está en transformación y lucha por escapar de los estereotipos.
'Tenemos derechos y deberes, como todos los ciudadanos, y estamos trabajando en ello', añade Heredia. Una de las luchas constantes del colectivo gitanos es combatir los tópicos y los prejuicios que sufren desde tiempos inmemoriales, los cuales tergiversan y dificultan conocer cómo es y cómo vive este pueblo, que representa casi el 2% de la población española (50.000 de ellos son catalanes). Un ejemplo: Unió Romaní ha publicado el libro El pueblo gitano: manual para periodistas, para empezar a combatir los prejuicios en los medios de comunicación.
A lo largo de los tres días en que se celebraron las IX Jornadas de Cultura Gitana en Cataluña, clausuradas ayer, gitanos y payos hablaron y debatieron sobre la evolución, los logros y los objetivos del movimiento asociativo romaní, de cómo combatir los estereotipos y del papel de la mujer gitana 'Se trata de darnos a conocer y evolucionar sin perder nuestra identidad, de forma que tengamos una integración real que respete nuestras raíces gitanas y catalanas', afirmó ayer Heredia. 'Pero lo que no puede ser es que haya políticas para potenciar a la mujer gitana y su única perspectiva sea convertirla en paya', señaló. Asimismo subrayó: 'Sabemos que los tiempos están cambiando y que nuestro futuro está en manos de las mujeres y de las generaciones jóvenes, que cada día están más preparadas'.
'Una de las conclusiones más importantes de estas jornadas es que las mujeres gitanas y los jóvenes son los nuevos portadores de los valores gitanos y tienen un potencial extraordinario y un papel clave en la formación de este tejido asociativo', afirmó Núria Carrera, teniente de alcalde y concejal de Bienestar Social del Ayuntamiento de Barcelona, que ayer clausuró el encuentro.
Heredia se queja de que la única relación entre los gitanos y las administraciones se produzca a través de los servicios sociales. Otro prejuicio que hay que romper: 'Nos apartan y encasillan en servicios sociales, y parece que sólo se trabaje con nosotros para temas de vivienda y realojamientos'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de octubre de 2001