El Gobierno aprobó ayer un real decreto por el que se establece una nueva estructura de tarifas de acceso a las redes eléctricas, o lo que es lo mismo, qué conceptos formarán parte del alquiler del cable eléctrico hasta el punto de consumo.
La novedad de la medida es que el cambio en el método por el que se calculan las tarifas afectará en esta ocasión a los consumidores conectados a una tensión no superior a 1.000 voltios. Con el cambio, el Gobierno prepara el terreno ante la plena liberalización del mercado eléctrico, que permitirá elegir suministrador a todos los consumidores a partir del 1 de enero de 2003.
El cambio en la estructura de tarifas, que ya se aplicaba a los grandes consumidores con capacidad de elección, garantiza a las empresas la recuperación de los costes en que incurren por transportar y distribuir energía eléctrica.
Por ello, las empresas del sector, agrupadas en la asociación patronal Unesa, mostraron ayer su satisfacción por la medida.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de octubre de 2001