Quisiera poner de manifiesto el grado de dejadez y abandono a que nos tiene sometido el Ayuntamiento de Galapagar a varias colonias y urbanizaciones situadas dentro de su término municipal.
En primer lugar, la inseguridad, pues tanto la Policía Municipal como la Guardia Civil nos tienen excluidos de sus rondas tanto de día como de noche. En segundo, el grado de suciedad de las calles, con contenedores de basura (cuando los hay) que únicamente se vacían cuando comienzan a oler. En tercer lugar, el servicio de correos, que más que servicio es un castigo, pues, además de no recibir nuestro correo, también nos lo pierde o envía a otra dirección.
Por último, pero no menos importante, se nos quiere obligar a pagar de nuestros propios bolsillos el asfaltado y alumbrado de las calles que el propio Ayuntamiento debería acometer con dinero de las arcas municipales.
Con todo esto, y algo más que seguro dejaré en el tintero, animo a quien quiera a visitar tan curioso lugar, dejado de la mano de Dios y de Galapagar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de octubre de 2001