Desde la atalaya en la que le han colocado los 12 años que lleva especializado en el conflicto vasco, Antoni Batista (Barcelona, 1952) huye de las recetas simples y de los prejuicios, estén cocinados por la prensa o los laboratorios políticos. Tal vez por eso su última entrega se titula Euskadi sin prejuicios (Plaza
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de octubre de 2001