La actitud del PP, de imponer que se investigue solamente el caso Alaquás, contraponiéndola y obviando la petición del PSOE de una Comisión de Investigación para aclarar la relación del caso Gescartera en el ámbito de esta Comunidad, y más concretamente en el de sus instituciones, es de todo punto inadmisible.
No se puede tolerar que la única contestación a una demanda legítima de comisión de investigación que deje de manera transparente y clara que las instituciones valencianas nada hayan tenido que ver, directa o indirectamente, y de manera activa o pasiva, con los sucios negocios, engaños y actitudes prevaricadoras en su caso, que a lo largo del proceso del caso Gescartera, están destapándose.
Decir que la decisión de no incluir el caso Morey, que inicialmente se había barajado su inclusión, obedece a 'un proceso de reflexión', es cuanto menos trasladar a la ciudadanía la consideración de estulticia masiva.
Está claro que el Gobierno del PP no asume la fiscalización que, por parte de la oposición, se realiza respecto a la gestión; que no tiene asumido el papel del gobierno en un Estado democrático, y utiliza malas formas y artes, recurriendo al chantaje y a la utilización de la mayoría absoluta, con recursos públicos incluidos, para evitar que la oposición cumpla con su obligación, como es la de controlar la gestión del Ejecutivo.
Lo más preocupante de todo ello, no es solamente el ridículo en que quedamos ante los países de nuestro entorno europeo, sino, y además, el déficit democrático que se crea con este tipo de comportamientos, en detrimento de nuestro propio desarrollo constitucional.
No es tampoco de recibo reclamar un 'debate de altura', cuando se está transgrediendo, de manera sistemática y con los medios más bajos y arteros, el respeto por la democracia y las instituciones.
Del mismo modo que desde el PSPV-PSOE queremos total transparencia en el ámbito de nuestro entorno, tal como reiteradamente viene manifestando nuestro secretario general, exigimos al PP, con mayor razón, puesto que gobierna ahora, haga lo propio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de octubre de 2001