El presidente del Banco Central Europeo (BCE) decidió el pasado jueves mantener los tipos de interés en el 3,75%, provocando las críticas de los economistas, sobre todo alemanes, ante la mala situación de esta economía. El pasado viernes, estas críticas se dulcificaron después de conocerse un fuerte crecimiento de la masa monetaria en circulación en el mes de septiembre.
Los inversores europeos, después de los atentados del pasado mes en Estados Unidos, han optado por tener su dinero lo más líquido posible y ello ha provocado ese crecimiento del dinero en circulación junto con los activos a corto plazo, cuentas corrientes y depósitos a la vista.
Esta controvertida decisión del BCE tiene, sin embargo, positivos efectos para los ahorradores tradicionales que gustan de colocar su dinero en depósitos, cuentas corrientes o letras del Tesoro. La situación de los tipos reales (tipos nominales menos la inflación) es bien diferente entre los distintos países europeos. Hay una variable que todos comparten como es la de los tipos de interés a corto plazo. Sin embargo, la inflación de la zona euro es distinta entre las economías y ello provoca las diferencias.
España soporta una inflación interanual del 3,4%, que literalmente se come la rentabilidad que ofrecen los tipos en sus plazos más cortos
España soporta una inflación interanual del 3,4% que literalmente se come la rentabilidad que ofrecen los tipos de interés en sus plazos más cortos. Así, los tipos a tres meses están en Europa al 3,56%, por lo que si se descuenta la inflación para conseguir tipos reales, un ahorrador, después de mantener el poder adquisitivo de su dinero, sólo gana el 0,16%. Como a un año la inflación es superior a los tipos, el resultado ya es negativo y al ahorrador, el tipo nominal que le ofrecen no sirve siquiera para cubrir la depreciación por la subida del coste de la vida.
En Francia, la situación es bien distinta ya que su inflación es de sólo 1,6 puntos, por lo que los tipos nominales se encuentran claramente por encima del efecto negativo de la inflación. En Alemania también hay margen para mover tipos y obtener un diferencial positivo para el ahorro, ya que su inflación se coloca en los 2,1 puntos.
En este contexto, el caso más llamativo es el de Estados Unidos, cuyo banco central tiene los tipos al 2,5%. Unos tipos que son insuficientes para cubrir la inflación del país, que se situó en septiembre en el 2,7%. Así, los ahorradores estadounidenses pierden dinero a corto plazo.
La decisión del BCE de mantener tipos esta semana permite que todavía el inversor pueda preservar el poder adquisitivo de sus ahorros. Un objetivo hoy por hoy muy apetecible, después de las pérdidas en las inversiones con riesgo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de octubre de 2001