En el barrio de Los Bermejales de Sevilla existe un gran problema social debido a la marginación e integración que las distintas administraciones no saben o no quieren resolver, ya que la integración sólo es posible a través del trabajo y la educación.
Son imprescindibles ayudas como el salario social, pero a través de un trabajo social; seguimientos por parte de los servicios sociales comprobando periódicamente el buen uso de las viviendas, comportamiento cívico, en tanto aseo, modales, etcétera, preguntando a los vecinos del entorno, controlando la asistencia al colegio habitualmente.
Para salir de un estado de marginación y pobreza hay que establecer programas reales y efectivos, para que la integración deje de ser una utopía. En pleno siglo XXI deberíamos sentirnos avergonzados de esta situación. La Administración tiene los medios a su alcance, ¿a qué espera? Seamos realistas, la pobreza no se erradica con la caridad, sólo la mitiga.
Este joven barrio soporta una carga social de 312 viviendas, con un cupo de chabolismo importantísimo, sin que en siete años se haya producido un solo caso de integración, por no existir programas concretos y eficaces para ello, consecuencia de un clima de malestar e inseguridad.
La Administración sólo se dedica a dar viviendas y nada más. No contentos con ello, y a espaldas de los vecinos, nos encontramos con que quieren construir 45 nuevas viviendas para chabolistas, modificando para ello el Plan Parcial en Bermejales Sur, lo que ha desencadenado la indignación unánime de los vecinos.
Un problema social tiene que ser asumido por la sociedad en su conjunto, repartido solidaria y equitativamente, al igual que los impuestos. Por ese motivo, los vecinos no están dispuestos a tolerar semejante atropello por nuestros gobernantes. Viviendas para todos sí, pero repartidas por toda la ciudad y su provincia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 29 de octubre de 2001