Me motiva escribir esta carta después de haber leído la respuesta de la señora Nuria Masana al artículo de la señora Carme Valls sobre el trabajo remunerado de las mujeres. No creo que la señora Valls plantee ninguna demagogia en su artículo, sino muy al contrario: relata la realidad en la que nos encontramos las mujeres en el ámbito laboral.
Hay algunos avances, es cierto, pero no soluciones ni consolidación del trabajo reconocido como un derecho fundamental, y no como algo residual después de atender las necesidades del entorno familiar. Estamos ante la generación de mujeres mejor formada de la historia, pero la precariedad también las afecta.
Señoras del PP, tengo la sensación de que están viviendo un espejismo de la igualdad y pretenden que creamos que con estas medidas tenemos la situación resuelta. El debate está muy abierto y en este tema no tendrían que existir enfrentamientos partidistas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de octubre de 2001