El pasado fin de semana Montjuïc (adonde no llega el metro por expreso deseo del Gobierno catalán) se convirtió en una trampa para decenas de miles de personas, que se vieron atrapadas en un gran atasco. La montaña albergaba media docena de acontecimientos de convocatoria desigual que, sumados, causaron el caos en ella y en sus alrededores. Recorrer el tramo que va desde la estación de Sants hasta la plaza de Espanya por la calle Tarragona supuso para centenares de personas hasta 45 minutos.
Había -los más- quien iba al festival del Club Super 3. El sábado fueron 145.000 personas. El domingo, 190.000. Otros -los menos- acudían al festival del voluntariado organizado por el Instituto Catalán del Voluntariado. Un total de 500 personas, según Europa Press. Pero había también dos salones: el del coche de ocasión y Autorretro. Para que nada faltara, en el Sot del Migdia se había instalado un circo. Y, finalmente, estaban los previsores que acudieron el pasado fin de semana al cementerio para ahorrarse las colas del día de los difuntos. Un anciano y su hija que acudieron en taxi pagaron por el regreso 4.300 pesetas a causa del atasco.
La Guardia Urbana asegura que organizó un dispositivo especial y defiende la capacidad de la montaña ('demostrada en los Juegos Olímpicos') a condición de que se use el transporte público y las escaleras mecánicas. Pero muchos de los atrapados se quejaban de que hubiera tan pocos guardias para regular el tráfico. El colapso afectó a la calle del Paral.lel, la Gran Via, el paseo de la Zona Franca, la Ronda del Litoral y la calle de Tarragona.
La noche anterior el colapso se produjo en el Paral.lel y Cólón porque a la salida de los actos del Club Super 3 se sumaron el desembarco de camiones en el puerto y las obras de asfaltado en el propio paseo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de octubre de 2001