Las proyecciones de un superávit fiscal para 2002 en Estados Unidos han cedido su lugar a previsiones negativas y los primeros datos del 2001 revelan que los números crecientemente positivos de pasados ejercicios ya son historia. La desaceleración económica, los atentados terroristas del 11 de septiembre y el recorte de impuestos han provocado una caída del 47% del superávit de Estados Unidos. Pese a todo, sigue siendo el segundo más grande de la historia.
El Gobierno cerró el año fiscal 2001, que concluyó el 30 de septiembre, con un superávit de 127.200 millones de dólares, mientras que en 2000 obtuvo un resultado récord de 236.900 millones de dólares, según informó ayer la Casa Blanca. Se trata del cuarto año consecutivo en que las cuentas del Gobierno federal registran un excedente, tras décadas de déficit. Pero supone una sustancial rebaja sobre los 158.000 de que se hablaba en vísperas de los ataques, a su vez tremendamente recortados sobre los 281.000 que se habían previsto para el conjunto del año. Entonces se proyectaba hacia el futuro un superávit que había sido excelente en 2000, tras alcanzar los 124.600 millones en 1999. Esta semana está previsto el anuncio de diversos datos sobre la marcha de la economía, el más importante de los cuales es la evolución del desempleo. El viernes se espera que se anuncie que en octubre pasó del 4,9% al 5,2%.
Las grandes empresas también están anunciando estos días sus resultados del trimestre, que son generalmente negativos, y confirman la impresión de que el país ha entrado en vías de una recesión que analistas y responsables políticos vaticinan puede durar hasta mediados del año que viene. Los inversores, que la semana pasada hicieron subir el Dow Jones, volvieron ayer a vender activamente y a realizar beneficios. El índice Dow Jones perdió un 2,89%, mientras que el tecnológico Nasdaq se dejó el 3,93% de su valor.
La caída era atribuida a la creciente incertidumbre y al deseo de realizar beneficios por parte de quienes acudieron al mercado en los momentos más bajos de las pasadas semanas. Los previstos adelantos negativos sobre los que vayan a ser los resultados del cuarto trimestre, a sumarse a los negativos del periodo julio-septiembre, tampoco ayudan. Entre los más castigados ayer por los inversores estaban Boeing, que el viernes perdió ante Lockheed el contrato del siglo para fabricar el futuro avión de combate, y General Motors, a consecuencia de la venta de su división de telecomunicaciones Hughes Electronics.
El signo negativo fue común para el conjunto de las bolsas mundiales. La recuperación tras los atentados ha dado paso a los negativos efectos de estas acciones terroristas y sus repercusiones sobre unas economías que ya se encontraban en plena desaceleración. La Bolsa japonesa inauguró la tendencia bajista de los mercados con una caída del 1,69%. En Europa, todos los mercados bajaron. El índice de la Bolsa de Madrid se dejó el 1,70%, porcentaje que se elevó hasta el 2,08% en el caso del selectivo Ibex 35. El mercado parisino perdió el 2,13%, Londres cedía el 1,98% y la Bolsa de Francfort se dejaba el 3,32% de su valor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de octubre de 2001