No puedo creer lo que leo. Bayer va a vender fármacos contra el ántrax más baratos a EE UU. No puedo creerlo.
¿Cuántas veces se ha pedido a las multinacionales farmacéuticas una reducción en los precios de los tratamientos contra el sida? África está muriendo ante nuestros ojos y los únicos argumentos que se han escuchado han sido, cómo no, sobre beneficios empresariales. Según datos de Intermón Oxfam en su actual campaña contra el sistema de patentes farmacéuticas, África representa tan sólo un 2% de los beneficios de estas multinacionales. ¿Tan importante es ese 2% de beneficios como para permitir un desastre humano?
Y esto ya es demasiado. Sigo sin poder creerlo. Después de años de excusas para no bajar los precios, EE UU tiene un problema y se le bajan los precios de los fármacos automáticamente, ¡de la noche a la mañana!
Me alegro de que los norteamericanos tengan un acceso más fácil a los fármacos, pero ¿es que el problema del ántrax es más importante que el del sida? ¿Por qué no se les da la misma oportunidad a los países con alta mortalidad por sida? Lo que pase en EE UU no es lo más importante del mundo, aunque ésa sea la cancioncilla que nos intenten meter en el cerebro. Para mí, merecen exactamente el mismo respeto el norteamericano que murió en el World Trade Center, el chileno torturado por la dictadura, el nicaragüense aplastado por la Contra (para lo que sirve el dinero norteamericano...) o la surafricana devorada por el sida. No logro entender por qué hay quien piensa y quiere hacer pensar que unos ciudadanos, porque vivan en EE UU, son más importantes que los demás. Y eso sucede. Si no, enciendan el televisor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de octubre de 2001