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Reportaje:

Las sorpresas del interior

Inaugurada la Feria de los Pueblos de Málaga, un escaparate de la provincia

Un hombre ataviado de bandolero promociona la Ruta del Tempranillo frente al stand del ayuntamiento de Alameda, el municipio en el que murió allá por 1833. Con pantalones de lana y botas hasta las rodillas, admite que está pasando un calor horroroso, pero resiste. Hasta el domingo deberá llevar el atuendo. Ese día acabará la Feria de los Pueblos de Málaga, inaugurada ayer en la explanada del recinto portuario. En su séptima edición, la muestra está más que consolidada como escaparate de la provincia.

Pero a pesar de las ferias anteriores y del auge del turismo rural de los últimos años, el interior todavía guarda muchas sorpresas. Así lo cree la mayoría de los participantes. Por ejemplo, el alcalde de Jubrique, el independiente Miguel Ruiz, que no pierde puntada para hablar bien de su pueblo y explicar que subiendo desde Estepona hay un bosque de pinos espectacular y que casi nadie conoce. 'Por eso esta feria es una iniciativa muy buena para dar a conocer el interior. Los resultados se ven después a lo largo de todo el año'. Muy cerca de allí, dos guiris se apalancan delante del plato de aceitunas que ofrece una de las empresas representadas en la feria. Al fondo, cuelgan jamones, salchichones y chorizos. Para que no queden dudas de que la industria agroalimentaria es uno de los pilares de la economía del interior.

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De repente viene un olor a especias y a hierbas. ¿De dónde sale? Unos pasos más y la pregunta queda resuelta. Del stand de Campillos, decorado con un lecho de romero y hojas de olivo sobre el que se esparcen quesos, tortas de almendra, aceite de oliva y más embutidos. Tentadores productos de la tierra que se repiten en buena parte de los expositores.

'La feria sirve para que la gente conozca nuestras costumbres y nuestros productos porque hay un desconocimiento total del interior', dice Raquel Mena. Cualquiera diría que esta joven de 24 años es una chica locuaz encargada de atender el stand de Alpandeire. Pero no. Es nada menos que la alcaldesa del pueblo. Un dirigente de Izquierda Unida se ufana de que pertenece a su partido y es una de las regidoras más jóvenes de España. Entonces, ella saca su vena reivindicativa y reclama más inversiones en carreteras para que las comarcas puedan desarrollarse plenamente: 'El interior tiene mucho por explotar, pero para eso hacen falta mejores comunicaciones'. La feria se convierte de repente en algo más que una ventana a las costumbres y el dinamismo de los pueblos. Es un escenario para conocer sus demandas y sus aspiraciones.

Y hablando de escenario, el de esta edición es provisional. La carpa que alberga a 94 ayuntamientos y 65 empresas no ha podido instalarse en la explanada de Renfe, como otros años, debido a la remodelación de la estación. La Diputación, organizadora de la feria, confía en que en un año o dos tendrá ubicación definitiva.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de noviembre de 2001