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Sharon toma las riendas de la negociación y promete una paz 'que dure generaciones'

El primer ministro israelí anuncia 'concesiones dolorosas, aunque no a costa de la seguridad'

El primer ministro israelí, Ariel Sharon, está dispuesto a negociar con los palestinos, y él mismo tomará las riendas de las conversaciones, aunque con condiciones. La propuesta ha sido acogida favorablemente por la Autoridad Palestina, que ha anunciado su disposición a sentarse a la mesa de negociaciones, siempre y cuando esto suponga un respeto a las resoluciones internacionales y a los acuerdos pactados con anterioridad con Israel. "Estamos dispuestos a negociar, y yo mismo encabezaré las negociaciones; realmente, creo en ello", declaró ayer Sharon solemnemente en la Kneset (Parlamento) de Jerusalén.

Sharon se dirigía a los diputados y a cientos de invitados extranjeros que participan en el Congreso Judío Mundial. El primer ministro aseguró ser el líder idóneo para dirigir las negociaciones: "Como persona que ha tenido el mérito de participar en todas las guerras y batallas del Estado de Israel durante tantos años, y que ha visto todos los horrores de la guerra, creo que entiendo la importancia de la paz mejor que muchos políticos que hablan de paz, pero que nunca han tenido esta experiencia".

El primer ministro recalcó que está dispuesto a "hacer concesiones dolorosas, aunque no a costa de la seguridad", ya que el objetivo es "alcanzar una paz que dure generaciones y que brinde a la vez seguridad al pueblo judío". Matizó a continuación al afirmar que las conversaciones se efectuarán "en el momento oportuno" y "bajo condiciones", sin más especificaciones y sin señalar plazos.

Así, lo que podía haber sido un anuncio histórico se convirtió aparentemente en una nueva versión de su conocida doctrina de "no negociar mientras haya un solo disparo". Sus palabras dejan entrever, sin embargo, algo importante: el relevo en la dirección del equipo negociador, hasta ahora en manos de su ministro de Exteriores, el laborista Simón Peres.

La oferta fue acogida favorablemente por el ministro de Cooperación Internacional palestino, Nabil Shaat, quien aseguró que ellos aceptan las negociaciones "siempre y cuando supongan un respeto a las resoluciones internacionales".

El anuncio de Sharon se producía tras una tempestuosa reunión con Peres, en la que éste planteó dos temas cruciales: un nuevo plan de paz y la posibilidad de un encuentro con Arafat en la reunión económica de este fin de semana en Formentor (Mallorca).

La propuesta de paz de Peres tiene ocho puntos que contemplan como condición previa el abandono de todos los asentamientos de Gaza, en un intento de ganarse la confianza de la otra parte. El plan respalda la creación de un Estado palestino, pero deja aparcados el futuro de Jerusalén y de los refugiados, asuntos que quedarían sometidos al criterio de una comisión internacional. El plan, apoyado por los laboristas, fue anunciado por Peres sin dar ninguna precisión, aunque adelantó que su discusión provocaría chispas en el Gobierno. El vaticinio se cumplió: Sharon vetó los dos temas de forma tajante: "no" a un encuentro que pueda suponer una negociación con Arafat en Formentor y "no" a un nuevo plan de paz que signifique un cortocircuito a su jerarquía.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de noviembre de 2001