El gobernador de California, el demócrata Gray Davis, anunció el jueves por la noche que había recibido 'informaciones creíbles' sobre la posibilidad de que entre hoy y el próximo día 7 se produjeran atentados terroristas contra los grandes puentes californianos.
Los puentes, entre ellos el Golden Gate de San Francisco, el Coronado de San Diego y el puente de la bahía entre San Francisco y Oakland, el más transitado de Estados Unidos, con 270.000 vehículos diarios, son protegidos desde ayer por fuerzas de la Guardia Nacional.
La acción de Davis no gustó a la Casa Blanca y al FBI, que le habían enviado informaciones confidenciales y, en opinión de los servicios de inteligencia, no muy verosímiles. El gobernador se defendió diciendo que no intentaba fomentar el pánico, sino al contrario, tranquilizar al público, y que si había pecado por algo había sido por 'exceso de cautela'. 'Si no hubiera dicho nada y hubiera ocurrido algo, no podría perdonármelo. Además, la mejor forma de luchar contra los terroristas es decirles que conocemos sus planes y que estamos preparados para evitarlos', declaró.
Al gobernador californiano le gusta aparecer en televisión. Y no pierde demasiado tiempo en contrastar sus informaciones. Después de los atentados del pasado 11 de septiembre convocó a las cámaras para que le acompañaran en una gira aérea por California y 'reveló' que en la fecha fatídica la resistencia de las azafatas y los pasajeros había conseguido evitar el secuestro de un avión en el aeropuerto de Los Ángeles.
Resultó que el presunto secuestrador era un pasajero en estado etílico que había fumado en los lavabos, pero el gobernador insistió en que había obrado bien al 'informar al público', y atribuyó el error a la Guardia Nacional.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de noviembre de 2001