Dos hombres y una mujer de unos 25 años atracaron ayer por la mañana a punta de pistola la joyería París, sita en el número 56 de la calle de San Bernardo, muy cerca de la sede del Ministerio de Justicia. El propietario del establecimiento, Tomás Arévalo, fue amordazado en la trastienda, por lo que los ladrones pudieron robar con total tranquilidad. El dueño calcula en unos 15 millones de pesetas el botín conseguido por los asaltantes.
El robo se produjo a las 10.45. Primero entró un hombre solo que solicitó probarse collares de oro. Instantes después llamó a la puerta una pareja y el dueño les abrió para que entraran. La mujer pidió que le abrieran de nuevo para salir a ver una alhaja que se exhibía en el escaparte, según Arévalo. Cuando ésta regresó al local, el primer individuo que entró sacó una pistola de la cintura y se la puso en la cabeza al propietario: 'No te muevas. Esto es un atraco', le dijo a su víctima. Después le condujo a la trastienda, donde le obligó a tumbarse en el suelo. El ladrón sacó cinta adhesiva y le amordazó.
Los atracadores robaron todas las joyas de los expositores y algunas mantas con alhajas que estaban guardadas en los armarios. En un momento dado, sonó el teléfono y los ladrones huyeron. El dueño logró salir de la trastienda y descolgar el teléfono: era un empleado de la central de alarmas, en la que se había recibido un aviso de robo. El dueño confirmó que había sido atracado. A los dos minutos llegó un coche patrulla. La policía peinó la zona, pero no logró detener a nadie. 'Estamos muy preocupados por la oleada de robos que sufrimos en los últimos meses. Muchos nos hemos planteado incluso dejar este negocio', explicó el dueño de la joyería.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de noviembre de 2001