La polémica por la construcción de la central energética de ciclo combinado de Amorebieta ha llegado a los partidos que sustentan el Gobierno vasco. El presidente del PNV vizcaíno, Iñigo Urkullu, acusó ayer al consejero de Vivienda y Asuntos Sociales, Javier Madrazo (IU), de inmiscuirse en un asunto que no es de su competencia y consideró que su postura contraria a este proyecto, que respalda el Ejecutivo vasco, 'debe aclararla en el seno del Gobierno'.
Urkullu no disimuló su malestar por la actitud de Madrazo, que hace dos semanas participó en una manifestación en Amorebieta contra la planta y ha defendido que se celebre la consulta popular anunciada por la alcaldesa peneuvista Begoña Azarloza para el próximo 20 de enero. 'Es una cuestión que en el seno del Gobierno se debe aclarar', dijo en declaraciones a Europa Press, 'porque si no, no se entiende muy bien que comparta estas responsabilidades con otros consejeros que, según él, parecen estar atentando contra el bienestar, la salud o la calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas vascas'.
El presidente vizcaíno del PNV dijo que el proyecto es competencia de los departamentos de Industria, Medio Ambiente y Sanidad, y calificó como 'sorprendente' que un consejero no afectado por el tema en cuestión 'confunda los ámbitos de su responsabilidad como coordinador general de su formación con lo que es su imagen de consejero'.
Madrazo respondió horas después y mostró su 'rotundo malestar' con Urkullu, ya que el acuerdo de gobierno de IU suscrito con PNV y EA recoge el derecho de su formación de mantener una posición propia en cuestiones energéticas. '[Las declaraciones de Urkullu] están fuera de lugar, son improcedentes y demuestran una falta de respeto a un socio del Ejecutivo autónomo que acordó con el lehendakari reivindicar una postura propia en este tema, por coherencia'.
La construcción de la planta de Amorebieta, promovida por la planta ESB, sólo está pendiente de los permisos municipales. La Asamblea Nacional del PNV acordó el pasado viernes que es un proyecto estratégico, con lo que, en base a los estatutos internos, imponía así su apoyo a la organización municipal de Amorebieta, que en junio pasado rechazó por mayoría la planta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 2 de noviembre de 2001