Es lógica la declaración del secretario de Defensa: utiliza bombas de fragmentación porque quiere matar talibanes (o talibanas, o talibancitos, según la latinización de la Academia). Supe hace años, analizando el teatro, que la lógica depende de la situación: una obra tiene 'lógica interna', que responde a lo absurdo, pero a la que debe responder hasta el final. En la vida hay lógicas de situación. Decían que 'en el amor, como en la guerra, todo está permitido': se creaba lógica. Creo que dije que la orden de asesinar a Bin Laden es una moral interna, de la lógica de la guerra. Las bombas de fragmentación son lógica militar: desparraman sus miles de proyectiles internos y arrasan vidas en una extensión grande. Su prohibición es sólo para ellos, no para quienes queremos matarlos.
Estados Unidos no firmó el tratado contra las armas químicas y biológicas (ni contra las minas personales), porque eran suyas; ahora grita para que se prohíban porque cree (no lo sabe: la CIA es un fracaso) que el ántrax es enemigo. Recuerdo la guerra de Italia contra Abisinia, porque mi microfilosofía me obliga a buscar lo similar antiguo para no fustigar sólo a este tiempo y para no creer que estamos en otra era. Los aviones de los fascistas ametrallaban y bombardeaban a los guerreros con lanzas y semidesnudos. Gritábamos contra sus balas explosivas, 'dum-dum', onomatopeya de ruido del primer disparo seguido por el de la explosión dentro del cuerpo. Estaban prohibidas por la Sociedad de Naciones, que desaprobaba aquella guerra porque la hacía Mussolini, el fascismo. Otras balas tenían su plomo cortado en cuatro -por el alegre soldado- y se abrían en el cuerpo abisinio (hoy etíopes): y es que eran judíos negros, descendientes del rey Salomón y la reina de Saba, y de sus cortejos: el Cantar de los cantares es el poema de él a ella, y la increíble imbecilidad teológica cristiana lo convierte en un amor del hombre a la Iglesia.
Sus cabecillas eran 'ras' (cabeza, en árabe, con huellas profundas en castellano) y el 'ras tafari' era el Negus, o emperador: hoy, 'rastafari' es un comportamiento y una pelambrera de jovencitos. La equivalencia de los guerreros de entonces y los talibanes en el vocabulario occidental es parecida; la de los fascistas y los estadounidenses también. Lógica de guerra: todo vale. Excepto utilizar artimañas para el asesinato de masas de las Torres Gemelas. Y es que hay que distinguir mucho entre guerra y terrorismo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de noviembre de 2001