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Crónica:FÚTBOL | 11ª jornada de Primera División

Rexach: 'Pusimos el juego; ellos, los goles'

Christanval: "El tanto de Morientes ha sido ajeno a cualquier lógica del fútbol"

A nadie del cabizbajo grupo azulgrana le apeteció dar demasiadas explicaciones. Tanto la alegría como la desazón son sentimientos que se exteriorizan mejor con una mueca o una sonrisa que con una frase, y ayer, Rexach, el reverso perdedor del gran clásico, se limitó a afrontar el trámite de describir los noventa minutos previos a su discurso con la mayor economía de palabras posible.

Una economía, eso sí, que no evitó que el técnico del Barcelona, ajustándose el nudo de la corbata que le oprimía el cuello, reconociera con el gesto serio y la voz neutra: "Sin meter goles es imposible ganar". El entrenador del equipo catalán analizó el choque de manera extremadamente sumaria y recordó que su equipo había "jugado mejor, pero ellos han metido los goles".

Cocu, tan desganado a la hora de describir la derrota como gris y desubicado en el campo, coincidió con su entrenador y subrayó "el mayor control de la pelota del Barcelona en los dos periodos", aunque concedió a la fatalidad la responsabilidad de un resultado "no merecido". El centrocampista holandés también concedió a Del Bosque una pequeña cuota de incidencia en el partido y consideró que "el cambio táctico de meter a McManaman más al centro fue decisivo. Fue un buen cambio". El debutante Christanval se quejó de un tanteo "injusto" y calificó el primer gol del Madrid "como ajeno a cualquier lógica del juego".

Por su parte, Rexach, que apenas habló durante cinco minutos, se enroscó una y otra vez en el mismo argumento: "Hemos jugado mejor, hemos tenido más el balón, pero ellos de ninguna ocasión han sacado un gol". Un argumento que corrió de boca en boca entre la expedición barcelonista y que también firmó Christanval, aunque aportando al consabido "hemos dominado el juego" un escueto y contundente "pero sin efectividad". Gabri repitió el resumen del choque, pero añadió que había sido un partido de "mucho trabajo". El canterano explicó "la sorpresa" con la que su equipo había encajado el primer tanto y desvalorizó el segundo gol anotado por Figo al señalar: "Estábamos completamente volcados en ataque y con sólo tres jugadores defendiendo atrás."

El entrenador del Barcelona dejó entrever un pequeño reproche a su grupo al lamentarse de que "cuando teníamos que chutar, centrábamos y cuando teníamos que centrar, chutábamos". Sin embargo, la coartada de un vuelo inminente a Barcelona redujo el análisis de Rexach a la mínima expresión y con el mismo ademán adusto con el que entró a la sala de prensa desapareció tres frases después. Tres frases en las que admitió que "el empate podría haber sido un resultado justo".

El propio Rexach también observó la falta de pegada de sus futbolistas y describió la delantera sin aristas del Barça como "sin punch". Un punch que al propio Rexach le faltó para diseccionar el encuentro.

El técnico, con el semblante duro emergiendo del sobrio traje negro, se limitó a señalar una vez más el control del juego por parte de su equipo y a apreciar que "eso no es muy frecuente en un campo tan complicado como el del Madrid". Carles Rexach se despidió con una concesión al tópico optimista que emplaza al grupo derrotado al próximo partido y desapareció con la misma velocidad con la que lo hizo unos minutos después Del Bosque. El Barcelona perdió, pero al menos hubo acuerdo a la hora de señalar las causas de la derrota.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de noviembre de 2001