La inflamación del tendón rotuliano va acompañada de una cierta degradación del tejido, que generalmente es irreversible, según nos dicen los últimos estudios. Por ello, a este cuadro clínico también se le llama tendinosis. Se produce por una sobrecarga o un sobreuso del tendón y los factores predisponentes pueden estar relacionados con la falta de elasticidad del cuádriceps, la falta de fuerza, o la alteración de la dinámica de la marcha, causada por un mal apoyo del pie, una pierna más corta que la otra, o una alteración del eje de la pierna.
Ante una tendinosis la terapia es a veces frustrante. El reposo durante uno o dos días acompañado de la aplicación de hielo es la primera medida recomendada. Esto se debe complementar con fisioterapia, ejercicios excéntricos de fortalecimiento del músculo, electroestimulación y series de ejercicios en terrenos inestables. Estos ejercicios de fortalecimiento están dando muy buen resultado.
La tendinosis se gradúa en tres grados. En el grado uno, el más leve, el deportista percibe el dolor al competir. En el grado dos el dolor se prolonga tras el esfuerzo y en el grado tres, o severo, el dolor se manifiesta incluso al caminar o en estado de reposo. Para curar la inflamación intensa se recomienda reposo. Cuando no se cumple -cosa frecuente en deportistas profesionales- suele hacerse crónica.
A la cirugía se recurre cuando la enfermedad no responde al tratamiento o cuando el tendón se rompe en un accidente. En éste último caso, hay que realizar una reparación quirúrgica del tendón roto. El tiempo de recuperación es de un mínimo de seis meses.
Juan Manuel Alonso es médico de la Federación Española de Atletismo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de noviembre de 2001