Se ha observado epidemiológicamente que la mitad de los cánceres reaparecen, por lo que es prioritario el seguimiento del paciente oncológico para el diagnóstico precoz de una recaída. Todo lo relativo a las pruebas que deben realizarse en cada control y su periodicidad ha sido consensuado en el libro Esquemas en el seguimiento del cáncer (ediciones Arán), coordinado por José Ramón Germá y Javier Dorta, jefes respectivos de Oncología Médica del Instituto Catalán de Oncología (ICO), de Barcelona, y del hospital Virgen de La Candelaria, de Tenerife. Aunque en principio todos los tumores son susceptibles de seguimiento oncológico, los más favorecidos son los de mama y colon y, por el contrario, los de pulmón, páncreas y esófago son los menos beneficiados debido a su peor pronóstico. Los autores indican que la exploración manual y el ojo clínico son dos grandes olvidados y, con frecuencia, suponen dos pautas previas fundamentales para luego pasar a distintas pruebas, según los casos, que irían desde métodos de imagen, como rayos X, ecografía o escáner, a otras más específicas y complejas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de noviembre de 2001