El Príncipe de Asturias y de Viana, don Felipe de Borbón, expresó ayer en Pamplona el 'afecto y aliento' de la Casa del Rey hacia todos los representantes políticos y sociales navarros amenazados por el terrorismo y envió un saludo expreso de solidaridad hacia las víctimas del atentado perpetrado por ETA en Madrid, a quienes deseó una 'pronta recuperación'.
Durante la primera jornada de su visita oficial a Navarra, que durará cuatro días, el Príncipe presidió un Consejo del Gobierno Foral y se reunió con los portavoces de todos los grupos del Parlamento de Navarra y del Ayuntamiento de Pamplona. El presidente de Navarra, Miguel Sanz, y la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, ambos de Unión del Pueblo Navarro, recordaron al heredero de la Corona la dificultad añadida de representar democráticamente a los ciudadanos en una comunidad golpeada por la 'acción despiadada' de ETA. Don Felipe reconoció el esfuerzo y la 'continuidad institucional' que los cargos democráticos sostienen en Navarra y tuvo un recuerdo especial para Tomás Caballero, portavoz de UPN en Pamplona asesinado por ETA.
El Príncipe escuchó atentamente, en una reunión privada, a los portavoces de los partidos en el Ayuntamiento pamplonés, incluida la reivindicación republicana efectuada por los representantes de IU, Batasuna y Batzarre. Una traductora transmitió al Príncipe el contenido de una nota leída por la concejala Ainara Armendáriz, portavoz de Batasuna, que abandonó después la sesión. Según Lidia Biúrrun, portavoz de IU-EB, don Felipe agradeció la 'libertad' con que se expresaron los representantes municipales. Antes de la reunión con la Junta del Parlamento, el portavoz de Batasuna, Pernando Barrena, entregó al Príncipe un dossier con la legislación internacional que regula el derecho de autodeterminación. Luego, la presidenta de EA, Begoña Errazti, denunció la 'inaceptable criminalización del nacionalismo vasco'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de noviembre de 2001