Normalmente, las cosas suelen cambiar a lo largo del tiempo, sufren alguna modificación, evolucionan, se alteran como consecuencia irremediable del devenir. Digo normalmente porque, por desgracia, los atascos que se producen en la A-6 todos los fines de semana continúan como siempre.
Las personas que vivimos en Madrid aprovechamos cualquier ocasión para olvidarnos del tráfico, de los atascos, de las horas de espera en el coche, y lo único que conseguimos en este desesperado intento de huida hacia la calma es encontrarnos con más horas de espera, muchas más, tanto a la salida como a la entrada a la gran ciudad. Cuando oigo en la televisión que Tráfico está organizando alguna 'operación especial' con motivo de algún puente o fiesta, me quedo perpleja, puesto que, para mí, todos los fines de semana son 'operaciones especiales', a juzgar por los atascos.
No hago más que preguntarme por qué no dejan de desperdiciar nuestro dinero en esas movilizaciones ficticias y absurdas y arreglan de una vez por todas el problema. Es totalmente irrisorio y una estafa para los usuarios de la A-6 que, encima de pagar el peaje, tengamos que aguantar con resignación la mala situación y congestión en la que esta autopista se encuentra.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de noviembre de 2001