Cientos de personas participaron ayer en el funeral de Rodolfo Bravo, uno de los grandes actores de la comedia chilena. Bravo, que murió en la medianoche del lunes en un accidente automovilístico, había ganado en marzo pasado el Premio Altazor al mejor actor teatral por su papel protagonista en la obra Muerte accidental de un anarquista, de Dario Fo; actuó también en numerosos culebrones y en programas de televisión. 'Se nos murió la alegría', dijo un colega suyo del Canal 13 de televisión, en el que se desarrolló la mayor parte de su carrera y donde interpretaba un personaje en la telenovela Piel canela.
Bravo (49 años, casado, dos hijos) fue sepultado en el cementerio Lo Prado, en la zona sur de Santiago. Considerado como un actor 'clásico', formado en la Universidad Católica, y también un 'obrero' de la actuación, tuvo una trayectoria prolífica en teatro, televisión y cine. Habitualmente interpretó personajes de extracción humilde y con un 'soplo chaplinesco', describió un director teatral. En enero iba a estrenar un nuevo montaje.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 8 de noviembre de 2001