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COLUMNA

Reinserción

'Me llamo Mercedes y quiero contar parte de mi historia y que sepa la sociedad que muchas veces somos víctimas de las circunstancias. Nacida de una madre esquizofrénica que no me pudo dar consejos y mi padre tuvo que meternos a los cinco en la Casa Cuna y en un colegio internos, de donde salí con 13 años, y con 15 conozco al que fue mi marido, con quien me casé a los 16 y a los 17 di a luz a una niña y después a tres más con un marido que me llevaba 10 años de diferencia y sin saber que era alcohólico.

A los pocos años empezó el maltrato físico y sicológico, y por la circunstancia que hacía la convivencia imposible se me metió un niño con 11 años en la droga y mi hija con 16 años hizo una barriga forzada para marcharse de casa pues eso no era una casa, era un infierno, y otro infierno por intentar de mil maneras sacar a mi hijo de su ambiente, pero fue una lucha imposible.

Hasta que un día me di cuenta que el problema de todo era mi marido y solicité la separación y ahí fue donde pudimos respirar un poco. Trabajé de limpiadora y pinche y cuidé enfermos y cobré el paro pero todo lo que no es fijo se acaba y me vi con mis hijos sin tener qué comer. Ese fue el momento en el que busqué la solución que yo pensé que era vender drogas, pues yo veía a gente a mi alrededor que lo hacían y vivían como reyes, y yo pensé que por qué yo no si mis hijos estaban pasando fatigas.

Seis meses duré por la inexperiencia y por no saber lo que eso conlleva. Me cogieron con una condena de cuatro años. Mis dos hijos los tengo en una casa de acogida a cargo de su hermana y mi hijo preso y yo con el pequeño. He demostrado y quiero demostrar que estoy arrepentida y quiero reinsertarme y volver a la sociedad y que la sociedad me admita pues lo estoy demostrando, me he sacado el graduado, un título de habilidades sociales, cocinera, repostera, catering, etcétera, y principalmente mi arrepentimiento está en mi corazón. Salgo ahora en libertad. Mi pregunta es ¿quién le da trabajo a una persona que ha estado presa por delito contra la salud pública pero que ya lo ha pagado y quiere tener una vida normal con sus hijos a su lado?'.

Son unas palabras que transcribo porque reflejan una realidad verdaderamente difícil.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 8 de noviembre de 2001