Los propietarios de dos pubs de la ciudad de Valencia han sido condenados, por los juzgados de lo Penal número dos y nueve, respectivamente, por sendos delitos de desobediencia grave.
En el primero de los casos, el juzgado de lo Penal número nueve de Valencia condena a Carmen Alex, responsable de Rehabilitaciones SL, que gestionaba el pub Hannax situado en la calle de Caballeros número 36 sin tener la correspondiente licencia de apertura por levantar los precintos de la Policía Local de Valencia en tres ocasiones. Los hechos probados, según la sentencia, muestran que la titular del pub, que ha acatado la sentencia, levantó los precintos colocados por los agentes policiales los días 8, 11 y 12 de diciembre de 1999 y que colocó un cartel sobre los últimos precintos en los que indicaba que el local estaba legalmente abierto.
El Ayuntamiento de Valencia, personado como acusación particular, solicitaba una pena de un año de prisión, que finalmente queda reducido a nueve meses e inhabilitación para gestionar locales de similares características durante el mismo periodo.
El segundo de los casos, juzgado por el titular del número nueve de lo Penal, condena también a nueve meses de prisión a los hermanos propietarios de la comunidad de bienes Urban, SA que gestionaban el pub New York, situado en la avenida de Aragón, 23 de Valencia. En este caso, los condenados, los hermanos Brández, mantuvieron abierto su local pese a la resolución de la alcaldía de diciembre de 1997 que suspendía durante tres meses la licencia de apertura por infracciones graves e hicieron caso omiso de los apercibimientos de los agentes policiales realizados en marzo y abril de 1998. En este caso, los condenados aún pueden recurrir ante la Audiencia de Valencia.
En ambos casos, los propietarios de los pubs hicieron caso omiso de las sanciones y de los precintos alegando que habían recurrido la decisión de la alcaldía de Valencia. Las sentencias, notificadas el pasado 3 de octubre y 2 de noviembre, fueron difundidas ayer por el Ayuntamiento de Valencia.
En los últimos meses han arreciado las críticas hacia el equipo de gobierno que preside Rita Barberá por la permisividad que demuestra la Corporación hacia los propietarios de locales de ocio de la ciudad que incumplen reiteradamente la normativa y causan graves molestias a los vecinos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 8 de noviembre de 2001