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LA OFENSIVA TERRORISTA

La coordinación policial en la sala municipal del 092 facilitó la detención

Una feliz combinación de las modernas tecnologías aplicadas a la protección civil y el factor humano. Así perciben en la Jefatura de Policía Municipal de Madrid la detención de los dos etarras del comando Madrid que tras explosionar un coche bomba al paso de un alto cargo de la administración central, huyeron en coche y fueron detenidos gracias a un conductor con teléfono móvil.

"La mejor tecnología no hubiera servido de nada si el ciudadano no hubiera percibido algo extraño en los dos terroristas, si no hubiera decidido seguirlos, si la agente que recibió la llamada no hubiera captado su importancia o si la relación con el Cuerpo Nacional de Policía no hubiera sido fluida", explicó ayer un portavoz de la Policía Municipal. 150 personas intervienen en tres turnos en la atención de las 3.200 llamadas diarias que recibe el 092 en Madrid. El servicio tiene un potente sistema informático que permite recibir, almacenar y canalizar las alertas de los ciudadanos. La radio permite luego avisar a las unidades de la Policía Municipal o de otros cuerpos necesarios para la intervención.

Un teléfono móvil permitió al heróe anónimo avisar al 092. La agente que recibió el aviso requirió la atención del jefe de sala ante la importancia de los mensajes que volaban por las ondas. "Sólo la experiencia de los agentes les permite distinguir entre las falsas alertas y las verdaderas", explicó ayer este portavoz.

El Cuerpo Nacional de Policía tiene un agente en la Jefatura de la Policía Municipal para asegurar un enlace rápido entre ambos cuerpos. Como ocurrió ayer. "La Policía Municipal va siempre de uniforme y esa operación era idónea para un cuerpo con agentes de paisano que pudiera seguir el itinerario del ciudadano", explicaron ayer fuentes del cuerpo.

"Tener enlace aquí con la policía nacional fue la última pieza clave del engranaje que nos llevó al éxito", añadieron estas fuentes.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 8 de noviembre de 2001