A la hora de delimitar responsabilidades, ayer no hubo en el Barcelona la unanimidad que parecía existir en Figueres trassu eliminación copera. A juzgar por lo que dijeron Saviola y Dani, los jugadores -al menos los suplentes- no están muy de acuerdo ni con el técnico Carles Rexach que habló de 'ridículo', ni con la junta, que representada por el vicepresidente Ángel Fernández, pidió 'perdón a los socios'. La unidad que mantenía Charly en el vestuario se ha resquebrajado momentáneamente por culpa de un equipo de Segunda B al tiempo que ha recordado el carácter perdedor del club en los dos últimos años y medio y su insistencia en hipotecar cada ejercicio en noviembre.
Quizá consciente del impacto de la derrota entre la hinchada, que acusa a la plantilla de indolencia y al técnico de falta de autoridad, Rexach programó para ayer un entrenamiento cuando inicialmente debía ser jornada festiva. A la salida, los jugadores, contestaron al entrenador. 'Ridículo es una palabra fea', replicó Saviola, asistido en su comparecencia por su agente, que le invitaba a mostrar una cara sonriente. El delantero, que según denunciaron algunos testigos fue visto en Andorra tres horas antes de quedar concentrado para el partido del miércoles, apeló ayer a la calma para 'corregir errores' y enfatizó: 'Debemos tirar todos del mismo lado, sin desmerecer a nadie. Las declaraciones [del técnico] no hacen bien ni al club ni al cuerpo técnico, ni a los jugadores. Rexach sabrá lo que dice. Tal vez, desde fuera de la cancha se ve mejor todo'.
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Saviola discrepó también cuando se le preguntó sobre su obligación de tirar del equipo. 'La diferencia la tenemos que marcar todos, no sólo yo', replicó. 'Todos tenemos la misma culpa: los que estamos en el campo y el técnico. La culpa de la noche negra es de todos'. El jugador, que mostró su enfado por ser sustituido antes de finalizar el partido, convino en que los futbolistas están decepcionados por la derrota, pero también esperanzados en superar el mal momento deportivo: 'En el plantel hay grandes jugadores para enderezar el rumbo. Nos queda mucho por recorrer y otros títulos por luchar'. Al discurso de Saviola se unió después Dani. 'Rexach es responsable como todos. También forma parte del colectivo'. El delantero negó que los jugadores menos habituales en el equipo, como Reina, Alfonso y él mismo, no aprovecharan las oportunidades. 'Soy el primer interesado en hacerlo bien y es una utopía pensar que no tienes ganas de jugar cuando no lo haces cada domingo'. Y, finalmente, concluyó: 'Hay que estar atentos ante el Valladolid y ponernos las pilas'.
Más ponderada fue la exposición de un titular que reapareció en Figueres después de una larga lesión. 'Si no se crean ocasiones no se puede ganar', argumentó Andersson. 'Tenemos que aceptar la situación y mejorar'. El central recordó haber vivivo una situación similar en su anterior equipo, el Bayern de Múnich, cuando perdieron ante el Magdeburgo de la Cuarta División alemana en los penaltis y cuatro días después golearon (6-2) en casa al Dortmund. 'Los que jugamos en Figueres', apuntó, 'teníamos la suficiente experiencia y calidad para ganar'.
El revuelo que se organizó ayer en el vestuario obligó a Rexach a matizar sus críticas. El técnico asumió su parte de responsabilidad y aclaró que cuando calificó de 'ridícula' la derrota en Figueres ante un Segunda B se incluía a él mismo y no sólo a su jugadores. 'Dije que hemos hecho e lridículo y lo hemos hecho todos', expuso. 'Cada uno tenemos nuestra parcelita de responsablidad y yo soy el primer responsable cuando las cosas van mal'. Rexach apuntó que el equipo que presentó en Figueres era de 'gran nivel', a pesar de contar con importantes bajas. 'Cualquier equipo de Primera División querría tener a estos jugadores', dijo. Rexach admitió su decepción con determinados jugadores y anunció la posibilidad de que recurra a algunos del filial el próximo domingo ante el Valladolid. La actitud de los futbolistas en Figueres fue recriminada por la mayoría de aficionados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de noviembre de 2001