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Los sindicatos barajan radicalizar la huelga en Gamesa

Cerca de cien empleados bloquearon el acceso de los directivos a la planta de Miñano

Varios miembros del comité de empresa de Gamesa Producciones Aeronáuticas advirtieron ayer en Bilbao de que las medidas de presión que han adoptado ante la difícil situación que atraviesa la compañía se pueden radicalizar si el lunes, en la próxima reunión con la dirección de la firma, no se registran avances.

Un piquete formado por unos cien empleados, movilizados desde que la firma anunció su intención inicial, luego revisada, de despedir a 500 trabajadores, impidieron durante la mañana de ayer el acceso de los directivos a la planta de Miñano. La empresa criticó en una nota que 'menos del 20% de la plantilla ha impedido el paso a los directivos y unos 400 trabajadores que querían acceder a su puesto'.

Los sindicatos protestan porque Gamesa ha presentado un expediente de regulación de empleo que afecta a 183 trabajadores, 115 fijos y el resto eventuales. En las otras factorías del grupo Gamesa situadas en Álava (Desarrollos Aeronáuticos, Moasa y Fuasa) no se han presentado expedientes, aunque la dirección insiste en no renovar los contratos temporales.

Pese a esta situación, las acciones de Gamesa continuaron su ascenso y cotizaron ayer a 15,58 euros, un 4,48% más. Este hecho fue criticado por las centrales en la manifestación de protesta que les llevó hasta la sede del BBVA en la capital vizcaína. El banco es, a través de la Corporación IBV, uno de los principales accionistas de Gamesa. Unos 300 trabajadores, respaldados por los secretarios generales de ELA, José Elorrieta, y de UGT-Euskadi, Carlos Trevilla, repartieron octavillas en las que critican los anunciados despidos pese a los 'beneficios multimillonarios' de la compañía.

Las centrales sindicales se muestran incrédulas porque, según dicen, ninguna empresa, salvo Gamesa, ha presentado un expediente de regulación de empleo cuando tiene importantes beneficios . 'Si permitimos que se lleven a cabo estos despidos masivos aun teniendo beneficios se convertirá en un peligroso precedente para los trabajadores de otras empresas', señalaron los sindicatos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 8 de noviembre de 2001