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Vecinos y sin embargo rivales

Jugadores del Real Madrid y del Estudiantes repasan anécdotas del clásico del baloncesto madrileño el día que se enfrentan en la Liga ACB

La jornada de la Liga ACB se pone hoy (19:00, Canal +) en órbita con un partido de máxima rivalidad entre Real Madrid y Estudiantes, y con Felipe Reyes vistiendo la camiseta colegial. Pero por poco, por muy poco, podía haberse convertido en jugador madridista y añadir más morbo al que de por sí arrastran estos duelos entre los dos históricos del baloncesto madrileño. Y es que allá por el mes de septiembre el odiado vecino volvió a aporrear la puerta estudiantil y el joven pívot cordobés estuvo a punto de engrosar esa lista, cada vez más larga, de "conversos". Esos jugadores que se atreven a profanar el santuario en el que se les veneró y pasan a comulgar con el eterno rival.

El peligro de fuga puso en guardia a Estudiantes, siempre especialmente sensibilizado por los avatares del vecino, y abortó rápidamente la operación. El menor de los hermanos Reyes todavía recuerda los ataques personales que sufrió durante esas semanas de incertidumbre por parte de varios sectores de la afición, algunos muy subidos de tono. El jugador hizo daño donde más duele y la "Demencia" no le perdonó los coqueteos con el Madrid, precisamente con el enemigo público número uno.

El caso de Felipe Reyes ha servido para reavivar la lucha histórica de estos dos vecinos cuyos partidos se viven con una intensidad que roza a veces el fervor. Una enemistad que ya se rebelaba en plena adolescencia de Nacho Azofra. "Cuando tenía unos 15 años los partidos contra el Madrid los vivía con mucha intensidad. Esos días quedábamos unos 60 chavales en el Ramiro para ir todos juntos al pabellón del rival. Al llegar allí nadie quería pagar ni un duro al Madrid, porque era el mismísimo enemigo. Así que entrábamos a empujones y por la cara". Y añade: "¿No es el equipo rico de la capital?".

Pocos jugadores como Alberto Herreros puede explicar mejor esa rivalidad entre los dos equipos. Durante años defendió la política colegial e incluso criticó a los "fugitivos". "No entendía que gente como Antúnez nos dejase por fichar por el rival más odiado. Pero es la ingenuidad de la juventud. Luego con el paso del tiempo te das cuenta de que es un error y terminas comprendiendo muchas cosas". Hasta que un buen día decidió cambiar de bando. Y el destino quiso que su debut como madridista fuese en un partido contra Estudiantes. "Fue uno de los peores momentos de mi vida y nunca lo podré olvidar. La gente que me había aplaudido durante ocho años ahora me insultaba lo más desagradable que se le ocurría. Se pasó del amor al odio en un momento".

Pero "si alguien disfrutaba como un niño de ese ambiente hostil, con la afición hecha un basilisco, ese era John Arlauckas", comenta el jugador del Madrid Alberto Angulo. "Le motivaba sobremanera que le insultasen. Cuanto más le gritaban más corría. Incluso hablaba con la Demencia para provocarles. Era increíble".

En víperas del partido frente a los colegiales, Herreros reconoce que estos derbys se viven con más intensidad cuando defiendes la camiseta estudiantil. El jugador internacional recuerda sus años en el Ramiro y afirma que "daba igual cómo estuviésemos durante la temporada. Ese día salíamos a la cancha encabritados, como si se nos fuese la vida en ello. Queríamos terminar con las grandes figuras del Madrid como Sabonis y Arlauckas".

Y lo corrobora su compañero de fatigas Azofra: "Se tiene la sensación de jugar el pequeño frente al poderoso, el favorito en todas las ocasiones, y eso te motiva mucho". Además "existe mucho recelo hacia el Madrid porque siempre se ha llevado a los mejores jugadores a golpe de talonario. Por eso lo llamamos 'El trampas'. Azofra alude a un ideal tan bonito como utópico; la lucha de pobre contra el rico.

En estos duelos los jugadores se exigen mucho más que en otros partidos y, claro, se ven cosas que ni soñabas que pudiesen ocurrir. El jugador del Madrid Lucio Angulo recuerda con cierto aire de guasa como en uno de los play offs de la temporada 1999-2000 el colegial Alfonso Reyes se marcó un supersprint desde la mitad del campo y consiguió la última canasta del partido. "Ese partido mereció la pena sólo por ver a un tipo tan grande como Alfonso correr de esa forma tan desesperada. Es como un eclipse. Lo ves una vez y nunca más", afirma el pequeño de los Angulo.

Curiosamente el colegial Alfonso Reyes también se acuerda de esos play offs, aunque no precisamente de su jugada. "Herreros y yo queríamos disfrutar de esa eliminatoria hasta el límite y en una entrevista conjunta deseamos que todo se decidiese en el último partido, en el último minuto, en la última jugada". Y parece que adivinaron el destino de la eliminatoria porque fue así exactamente como sucedió. "Luego nos reíamos por haber acertado en nuestro pronóstico. Bueno, él más que yo porque el que ganó por un punto fue el Madrid", explica Reyes.

Gonzalo Martínez, con 10 temporadas en el Estudiantes, se le puede considerar un experto en la materia: "En estos choques se soporta mucho más nerviosismos tanto por parte de los jugadores como de la afición, que comienza a preparar sus cánticos dos semanas antes. Pero a veces se sacan las cosas demasiado de quicio". Por eso, se excusa cuando dice que a nivel personal tiene amigos en el Madrid. "No es políticamente correcto".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de noviembre de 2001