El encierro en la Consejería de Hacienda en Valencia en protesta por los horarios de los conductores del parque móvil de la Generalitat cumplió ayer su sexto día. Los cinco participantes en el encierro pasaron el fin de semana en la consejería sin poder recibir visitas, ya que no se permitió el paso a nadie. Los conductores, apoyados por UGT y CC OO, reivindican horarios 'racionales' que respeten el tiempo necesario de descanso y eviten que se realice 'un número abusivo de horas extraordinarias'. Una veintena de afectados, junto a los diputados de Esquerra Unida Joan Ribó, y del PSPV Cristina Moreno y Josefa Andrés, apoyaron ayer a las personas encerradas con una pitada a las puertas de la consejería. Uno de los afectados, que sufre ciática, tuvo que esperar a que acudieran dos agentes de la Policía Autonómica para recibir la medicación, ya que el vigilante del edificio no permitió que los diputados o representantes sindicales entraran para dársela. También tuvo que esperar a los agentes el médico que por la tarde examinó al afectado, al que recomendó dejar el encierro, consejo que el enfermo finalmente aceptó.
Gonzalo Fernández, secretario de la Federación de Servicios de UGT, criticó estos incidentes y el 'talante sin precedentes' del Gobierno valenciano al negarse a negociar los nuevos horarios, 'impuestos' sin contar con los trabajadores del parque móvil, 32 de los cuales apoyan la protesta frente a 16 que no lo hacen.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de noviembre de 2001