Al igual que a cualquier otra persona racional, me pareció una barbaridad lo sucedido en Tarragona, cuando el otro día les serraron las patas a 15 perros; pero también me parece una barbaridad el chiste o viñeta de Romeu del 7 de noviembre, en que compara este acto criminal con el trabajo que llevamos a cabo en los laboratorios, una barbaridad fruto en gran parte de la ignorancia, del no saber que sin la experimentación animal no es posible (ni ha sido posible en su momento) el desarrollo de nuevas medicinas y terapias, que son imprescindibles los modelos animales si pretendemos en algún momento lograr alguna cura para enfermedades como el sida, el Alzheimer, Parkinson, etcétera, por sólo nombrar algunas de las que más suenan, o, 'simplemente', para intentar desentrañar cómo funciona ese gran enigma que es el cerebro humano.
Seamos serios, no desinformemos a la sociedad y no metamos en el mismo saco a unos criminales con los pocos científicos que quedan en España.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de noviembre de 2001