Adiós al Europeo. La generación de los Xavi, Marchena y compañía se despidió ayer de la fase final del torneo al caer ante Portugal en Faro, en un partido tristón, grosero a ratos y feo con avaricia, que acabó por resolver un solitario gol de Hugo Leal, ex jugador del Atlético.
Sería la ansiedad, seguro que sí, la que empequeñeció a España, estando como estaba en juego la clasificación para el Europeo. Fue ayer el de Sáez un equipo irreconocible, gris, vulgar y pesadote. El rival, Portugal -que no tiene nada que ver con aquel del 94 que llegó a la final y en el que actuaban, entre otros, Figo y Rui Costa- propuso un fútbol atropellado y España se contagió de mala manera, lo que resultó extraño en un conjunto donde conviven futbolistas como Xavi, Vicente o Yeste, tipos que saben darle un trato digno al balón. Pero no ayer.
Todo lo bueno que hizo España ocurrió en el tiempo de prolongación, ya con el 1-0 en el marcador y con un jugador menos por la expulsión de Pablo, que vivió un suplicio más allá de sus limitaciones técnicas y que acabó desquiciado.
Sólo espabiló España en el tramo final, cuando apeló a la heroica y disfrutó de sus tres mejores ocasiones, resueltas magníficamente por Leite, meta portugués, que sacó los disparos de Vicente y Lopo, el cabezazo de Joaquín y despidió a España del Europeo, justo castigo a un equipo que se dejó en el vestuario todas sus virtudes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de noviembre de 2001