Las obras de la segunda línea del metro de Bilbao, que prolongará el servicio hasta la Margen Izquierda y al municipio de Basauri, abordaron ayer uno de los tramos más complejos: el de Bolueta-Etxebarri, que obliga a construir un puente para salvar el cauce del Nervión. En la jornada de ayer se colocaron los arcos de soporte del puente, una operación compleja que se desarrolló durante todo el día y que utilizó una técnica singular empleada anteriormente sólo en tres ocasiones en todo el mundo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de noviembre de 2001