El pianista bilbaíno Joaquín Achúcarro y la Orquesta Sinfónica de Euskadi (OSE) realizaron en mayo de 2000 una gira de conciertos por Latinoamérica. La experiencia fue tan gratificante y el 'entusiasmo' tal, según confesó el músico, que decidieron dejar testimonio grabado del programa interpretado. Ayer presentaron en San Sebastián el resultado de ese trabajo, un CD dedicado a Maurice Ravel, compositor universal de origen vasco.
La grabación, que sale al mercado bajo el sello suizo Claves, 'es un sueño hecho realidad, en palabras del gerente de la OSE, Germán Ormazabal. Incluye la Alborada del Gracioso y los conciertos para piano y orquesta en sol mayor y para la mano izquierda en re mayor, que tiene su pequeña historia. Ravel lo escribió por encargo del pianista austriaco Paul Wittgenstein -hermano del conocido filósofo-, quien perdió su brazo derecho en la Primera Guerra Mundial. 'Nada le gustaba más que los imposibles', apuntó Achúcarro, 'y escribió la pieza al mismo tiempo que la de la mano derecha'.
La Orquesta Sinfónica de Euskadi y el pianista bilbaíno grabaron este CD bajo la dirección de Gilbert Varga en dos periodos por problemas de agenda: en septiembre de 2000 y julio de 2001. El trabajo se enmarca en el compromiso del conjunto por difundir el trabajo de los compositores vascos. Y Ravel, insistieron Achúcarro y el gerente, era 'vasco, él mismo lo declaró'. Nació en Ciboure en 1875 y visitaba cada verano San Juan de Luz, localidad natal de su madre. El compositor hablaba 'euskera con acento parisino'. Fue en la capital francesa donde estableció su residencia y conoció a compositores españoles como Falla y Halffter.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de noviembre de 2001