Iberia hizo público ayer el plan de regulación de empleo que negociará durante un mes con los sindicatos, y que afecta a 2.516 trabajadores, algo menos del 10% de su plantilla. El expediente, de extinción de contratos, forma parte de las medidas para paliar el efecto de la crisis y afecta a 1.857 trabajadores de tierra, 465 tripulantes técnicos de cabina de pasajeros (TCP o auxiliares de vuelo), 181 pilotos y 13 mecánicos de vuelo.
Según la compañía, de no llevarse a cabo esta reducción de empleo -junto a la cancelación de los contratos de alquiler de aviones y tripulación a Air Europa y Air Atlanta, la reducción de la oferta en un 11%, el retraso en la recepción de nuevos aviones y un plan de ahorro de 27.000 millones de pesetas en dos años-, Iberia registraría este año unas pérdidas de 46.700 millones de pesetas, frente a los 17.500 millones de beneficios inicialmente previstos.
Para la extinción de contratos, Iberia propone prejubilaciones, aunque todavía sin especificar a partir de qué edad, bajas incentivadas, la extinción de contrato con compromiso de recolocación en un plazo fijado, el pase a tiempo parcial con el compromiso de recuperar más tarde el contrato a tiempo completo, movilidad geográfica con compensación económica a trabajadores que estén en centros que pueden dejar de ser operativos, movilidad funcional y modificaciones sustanciales en las condiciones de trabajo.
La compañía presentó ayer el plan a los sindicatos en una reunión a la que no acudieron ni el comité de empresa de vuelo ni el SEPLA-Iberia, que agrupa a los pilotos, y que recibieron el expediente por mensajero.
Todos los sindicatos han afirmado que aún es pronto para opinar sobre el expediente. No obstante, UGT ya ha manifestado que no entrará a negociar modificaciones en las condiciones de trabajo, ni tampoco en el salario, por entender que están reguladas en los convenios, recientemente firmados. Por su parte, Jaime Lacasa, jefe del SEPLA-Iberia, afirmó que la compañía sólo podrá imponer la regulación de empleo a los pilotos de forma obligatoria rescindiendo antes la franquicia que mantiene con Air Nostrum, según indica el convenio colectivo. Lacasa afirmó que sólo habrá regulación para pilotos si es voluntaria y pactada.
La intención de Iberia es que la reducción de empleo, para todos los colectivos, sea consensuada. Para ello se abrirán cuatro mesas de negociación -una para cada colectivo-, pese a que el expediente es conjunto para todos.
No sólo le van mal las caosas a Iberia. La alemana Lufthansa registró en los nueve primeros meses de este año un beneficio neto de 65 millones de euros, un 90,3% menos que los obtenidos en el mismo periodo del año anterior. Dentro de su plan de ajuste, la compañía ha apartado del servicio 43 aviones y negocia reducir salarios para evitar despidos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de noviembre de 2001