Alegría. Ni el Madrid ni los rusos del CSKA se entretuvieron ayer en Moscú en poner en práctica esos complejos sistemas de ayudas defensivas que tanto gustan a los entrenadores. Así, olvidando la ingrata labor de incomodar al adversario, el partido se convirtió en un curioso concurso de tiro. Un concurso que favoreció al equipo blanco, mientras el conjunto ruso caía poco a poco en el descontrol.
Djordjevic se encontró muy cómodo y repitió constantemente una jugada con dos variantes: la aproximación acelerada por el centro hasta llegar a unos cuatro metros de la canasta. Un movimiento que unas veces sirvió para asistir a un lanzador apostado en la línea de tres y otras para tirar él mismo y anotar.
CSKA MOSCÚ 77| REAL MADRID 92
Cska Moscú: Miglinieks (2), Pashutin (16), Turkcan (14), Rogers (2) y Giricek (7) -Cinco inicial-, McCants (12), Morgunov (8), Domani (4) y Petrenko (12). Real Madrid: Djordjevic (19), Herreros (17), L. Angulo (7), Struelens (10) y Tabak (10) -Cinco inicial-, A. Angulo (5), Vukcevic (14), Llorente, Iturbe (11) y Hernández. Árbitros: Dorizon (Francia), Pukl (Eslovaquia) y Klaar (Suecia). Eliminaron a Tabak (m. 39) y Turkcan (m. 40). Unos 4.000 espectadores en el pabellón CSKA de Moscú.
A Djordjevic se le unieron las ganas de Lucio Angulo, que consiguió abortar un contrataque del equipo ruso con un tapón espectacular, la seriedad de Tabak y el acierto en el tiro de Vukcevic y Herreros.
El CSKA, mientras tanto, se entregó a la inspiración individual. Una iluminación, sobre todo la de la Pashutin, que le mantuvo en el partido hasta el tercer cuarto. En ese periodo, el Madrid fue abriendo poco a poco el hueco que resultaría definitivo.
En otro partido de la sexta jornada de la Euroliga, el Barcelona venció a domicilio al Ulker Estambul (77-87). Una victoria en la que resultó decisivo el escolta Navarro (18 puntos).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de noviembre de 2001