Jordi Pujol resolvió ayer su quinta crisis de gobierno en lo que va de legislatura -desde noviembre de 1999- otorgando una nueva cartera a sus socios democristianos de Unió, tal y como estipula el pacto de federación con Convergència Democràtica (CDC). Pese a las insistentes declaraciones de miembros del Ejecutivo catalán de que los reajustes se limitarían a una nueva cartera para Unió - el partido que lidera Josep Antoni Duran Lleida- el presidente de la Generalitat ha optado por hacer otros cambios en una pirueta política con el fin de reforzar la organización interna de CDC.
El principal escollo de las negociaciones era la negativa de Unió a aceptar al consejero de Medio Ambiente, Felip Puig, como secretario general adjunto de la futura federación de CiU, es decir, convertirlo en la mano derecha de Duran Lleida, que ocupará la secretaría general a partir del 2 de diciembre. Finalmente, Puig, el consejero mejor relacionado con el círculo familiar de Pujol, ha sido desplazado hasta el Departamento de Política Territorial y Obras Públicas. Su hasta ahora titular, Pere Macias, será el secretario general adjunto de la federación de CiU y también de Convergència. Los democristianos han conseguido finalmente la cartera de Medio Ambiente, que dirigirá el secretario general del partido, Ramon Espadaler, un político con una carrera meteórica en Unió desde que fuera elegido concejal de la ciudad de Vic (Barcelona) en 1989. Los dos partidos deben todavía repartirse la presidencia de las listas para el Congreso de Diputados y la alcaldía de Barcelona.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de noviembre de 2001