La compañía Volksbühne am Rosa-Luxemburg-Platz participa en el Festival de Otoño, de la Comunidad de Madrid, con su montaje de 'realismo fílmico' Endstation Amerika, una versión de su director, Frank Castorf, sobre Un tranvía llamado deseo, de Tennessee Williams, que se representa en el teatro Pavón de Madrid desde el pasado jueves hasta mañana.
La Volksbühne, junto a la Schaubhüne y el Berliner Ensemble, forma parte del teatro alemán más sólido y prestigioso, pero al contrario que los otros dos elencos, también berlineses, la Volksbühne no había venido nunca a España, a pesar de su larga y sólida trayectoria y de la vocación extranjerizante de los festivales escénicos españoles.
Castorf piensa que la obra, considerada una de las mejores del siglo XX, en su semántica y estructura, rebosa salud: 'Éste es un dato para la esperanza'.
Hay que recordar que Williams, siendo joven, asistió a las clases para jóvenes dramaturgos organizadas por Erwin Piscator y precisamente el espíritu de Piscator es el que ha marcado la trayectoria de la Volksbhüne, sobre todo en los años setenta, cuando su director, Beno Besson, se imbuía de las teorías del teatro piscatoriano decididamente político.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de noviembre de 2001