El primer ministro británico quiere dar otro paso de gigante en las relaciones entre la Alianza Atlántica y Rusia. En una carta enviada a los líderes de los países de la Alianza Atlántica y a su secretario general, lord Robertson, Tony Blair propone la creación de un órgano con capacidad ejecutiva en materia de seguridad formado por Rusia y los países aliados. "No sería una estructura de 19+1, como en la actualidad, sino a 20. Y no sería consultiva, sino ejecutiva", explican altos funcionarios británicos. Blair ya ha comentado sus ideas con el presidente ruso, Vladímir Putin.
La carta, de cuatro folios, ha salido ya a sus destinatarios y quiere ser "una contribución al debate que hay ya en el seno de la OTAN sobre el estrechamiento de lazos con Rusia", según los funcionarios, muy próximos al primer ministro. "No queremos imponer nada, aunque pensamos que ese debate debe acelerarse y la estructura que proponemos o algo semejante debería estar en funcionamiento a lo largo del año que viene, en los primeros meses del año que viene", añadieron. Blair ya ha analizado estas ideas con el presidente ruso, Vladímir Putin, con el que ha conversado siete veces desde los ataques del 11 de septiembre, y con muchos socios de la Alianza.
En la actualidad, las relaciones entre la OTAN y Rusia se enmarcan en la histórica Acta Fundacional OTAN-Rusia firmada en París entre el presidente ruso Borís Yeltsin y el entonces secretario general de la Alianza Atlántica, Javier Solana. Aquél fue un acuerdo de enorme calado político entre Rusia y la organización que más había representado su enemistad con Occidente durante la guerra fría, la OTAN.
Pero aquel paso de gigante ya se ha quedado pequeño. De aquel acuerdo salió el actual Consejo Permanente Conjunto de Cooperación OTAN-Rusia para intercambiar información de manera regular, fundamentalmente en materia de seguridad. Los británicos quieren convertir ese órgano de consulta en un órgano ejecutivo. Y quieren que ambas partes dejen de estar en mesas separadas y formen parte de él al mismo nivel, no como suma de la OTAN por un lado y Rusia por otro. "Aunque el Consejo Atlántico seguirá existiendo sin Rusia", subrayaron.
Facilitar la ampliación
Un órgano semejante no debería afectar a la ampliación de la Alianza Atlántica, "más bien debería facilitarla", opina el Gobierno de Blair, aunque advierten que sólo Rusia y los países de la OTAN -los actuales, o los que puedan sumarse en el futuro- podrán formar parte de ese órgano, pero no países terceros.
Las fuentes británicas admiten que no han estudiado el impacto que un acuerdo de ese tipo puede tener en las relaciones de la Alianza con China.
El 11 de septiembre ha acelerado el acercamiento entre Rusia y los aliados y pone de relieve la necesidad de formalizar ese acercamiento, opinan los británicos. La reacción rusa fue muy positiva tanto por su alineamiento contra el terrorismo como por su actitud ante la intervención armada y su "fuerte" papel como miembro de la coalición antiterrorista, sostienen.
Dos pruebas de ese acercamiento son el escenario relajado de la visita de Vladímir Putin al rancho tejano de George W. Bush y el comunicado emitido por el consejo conjunto OTAN-Rusia tras una reunión de urgencia el 13 de septiembre, 48 horas después de los ataques. Ambas partes afirmaron entonces su voluntad de estar "unidos" y castigar a los culpables, e hicieron un llamamiento a la comunidad internacional para que se sumara a esa batalla.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de noviembre de 2001