Hace un año adquirí una vivienda individual construida sobre una parcela de mil metros en Villaviciosa de Odón.
El estado del inmueble era bueno en cuanto a su estructura, pero resultaba pésimo de aspecto, exigiendo una gran reforma, por lo que el precio de venta fue bajo para la zona en la que está situado.
A pesar de haber declarado el cien por cien de su valor real de compra y abonado los impuestos correspondientes, me encuentro, meses después, con un requerimiento de Hacienda donde me valoran, por el método de comparación, la vivienda en cinco millones más, sin tener en cuenta el estado inicial de la casa, y me exigen el pago de los impuestos de esa sobretasación.
Además de recurrir administrativamente esta medida, me pongo en contacto con la agencia inmobiliaria que me vendió la casa. La agencia certifica su mal estado inicial y el precio de venta, y me comentan que comienza a ser ésta una práctica habitual de la Hacienda de Madrid después de años de absoluta desididia en este tema.
De hecho, constituye una forma alevosa de introducir un nuevo impuesto sobre la adquisición de la vivienda, encubierto, abusivo y que no puede responder más a que la voracidad de dinero del Gobierno del señor Ruiz-Gallardón, que de esta manera se aprovecha de la conocida indefensión individual de los ciudadanos para aumentar la reacudación de las arcas públicas.
Para otros afectados, y con el fin de iniciar acciones conjuntas, dejo a su disposición mi correo electrónico: oliver.e//teleline.es.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de noviembre de 2001