Con relación a las declaraciones de la ministra de Educación aparecidas el jueves 15 en la página 31 de su periódico, desde los encierros de la Universidad de Sevilla queremos expresar públicamente nuestro fervoroso agradecimiento a Pilar del Castillo, a la que ponemos en los más altos altares de la psicología de masas.
Fue un golpe muy duro para todos nosotros descubrir, después de tantos días de encierro y privaciones, que estamos luchando por algo completamente carente de fundamento en el mundo exterior a nuestra alucinación colectiva. Por qué pretendemos seguir teniendo representación estudiantil en órganos de decisión cuando en 25 años hemos demostrado ser incongruentes greñudos enlitronados y sembradores de cizaña.
Amamos el caos y la confusión, lo cual haría de todo punto imposible dialogar con nuestras mentes de calamar para hacer una ley o una tortilla de patatas: escucharnos sería como hablar con los muros de un 'castillo'. Por qué aspiramos a vanos ideales igualitarios cuando el mundo es un tiburón despiadado espejo de nuestra más profunda naturaleza.
Gracias, Pilar del Castillo, por fin conocemos toda la verdad sobre nuestras almas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de noviembre de 2001