Los próximos meses serán difíciles para bancos y cajas de ahorros. La continua caída de los tipos de interés, la menor actividad de los clientes en Bolsa, la atonía de los mercados y el miedo a que empiece a aparecer nueva morosidad son algunos de los nubarrones que amenazan al sector.
De momento, los primeros síntomas de que las cosas van a peor ya se han dado. Los bancos han crecido en septiembre un 14%, la tasa más baja desde 1996, y la mitad de las cajas han crecido menos que en septiembre del año anterior. Si la economía no crece a un ritmo fuerte en 2002, los analistas vaticinan que los más débiles del sector financiero lo pasarán mal y se volverá a hablar de fusiones en las cajas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de noviembre de 2001