El juez que investiga el caso del expolio de miles de libros y documentos históricos del Archivo y la Biblioteca municipales de Bilbao ha mantenido el procesamiento contra las seis personas implicadas en la causa: dos libreros, el subdirector de la biblioteca, el único autor confeso de los robos, un empleado y el hijo del anterior archivero municipal.
El titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Bilbao ha rechazado el recurso planteado por tres de los seis procesados: los libreros bilbaínos Javier Madariaga y Francisco Javier Boulandier y el subdirector de la biblioteca, José González. El juez ha notificado a las defensas de estos tres implicados que 'no han variado las circunstancias' para modificar su situación en el proceso. El abogado defensor de José González planteó que éste, por su trabajo como catedrático de Griego, se llevaba ejemplares de la biblioteca a su casa, pero que los devolvía posteriormente.
El auto de procesamiento acusa a José González de apropiarse de ejemplares que tomó prestados; al librero Javier Madariaga, de hurto y comprar volúmenes robados; a Francisco Javier Boulandier, de esta última acción; a Juan María Abio -autor confeso de los robos- y al auxiliar de la biblioteca Imanol Medrano, de hurto. Carlos Basas, hijo del anterior archivero municipal, fue procesado por trasladar fondos pertenecientes al Ayunatmiento a su domicilio en Valladolid.
Calificación
Con la ratificación del procesamiento, ahora sólo queda pendiente la calificación de penas por parte del fiscal y de los letrados de las partes implicadas, desde la acusación a las defensas, a lo que seguirá la fijación de la vista oral.
Este enrevesado caso lleva ya siete años de sucesivas indagaciones y diligencias judiciales y se destapó a principios del año 1995, cuando el Ayuntamiento de Bilbao denunció ante los juzgados de la capital vizcaína el expolio de miles de libros y documentos procedentes tanto del Archivo Histórico de Garellano como de la Biblioteca de Bidebarrieta.
La desaparición de estos volúmenes se remontaba al año 1983, cuando, a causa de las inundaciones que afectaron a la capital de Vizcaya, se trasladaron los documentos de Bidebarrieta afectados a las dependencias de Garellano, donde se encuentra la sede central de la Policía Municipal.
Durante las diligencias, tanto diferentes testigos, en sus declaraciones, como el resultado del informe pericial definitivo han culpado también del expolio de los libros al descontrol del Ayuntamiento de Bilbao, que señaló que existían fondos sin catalogar y otros 'ni censados ni controlados', además de la carencia de libros de registro de tramitación oficial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de noviembre de 2001