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Sevilla: dos recintos útiles y uno inactivo

En Sevilla hay estadios para todo el mundo. Los aficionados del Sevilla tienen el Ramón Sánchez Pizjuán; los del Betis, el Manuel Ruiz de Lopera, que se levanta a medio terminar y todavía comparte la mitad de su moderna fisonomía con el vetusto Benito Villamarín. Y para los sevillanos, independientemente de cuáles sean sus colores deportivos, está el de La Cartuja, mal bautizado por sus promotores como Olímpico.

Entre los tres recintos, la capital andaluza cuenta con 158.000 localidades, si bien lo cierto es que sólo se rentabilizan las del Sánchez Pizjuán y las del Ruiz de Lopera gracias a la fidelidad de las respectivas aficiones. La pasada temporada, con el Sevilla y el Betis en la Segunda División, la asistencia media a ambos rozó los 60.000 espectadores.

Algo que para sí quisieran los gestores de La Cartuja, que, dos años después de su estreno en los Campeonatos del Mundo de atletismo de 1999, permanece prácticamente inactivo y con las esperanzas puestas en que la ciudad acoja algún día unos Juegos Olímpicos. Con este objetivo fue construido y por ello se pagaron 20.500 millones de pesetas, que financiaron el Gobierno central, la Junta de Andalucía, la Diputación y el Ayuntamiento de Sevilla.

Un caso singular es el estadio que el presidente del Betis, Manuel Ruiz de Lopera, ha medio edificado y rebautizado con su nombre. Presupuestado en 7.000 millones, Lopera ha invertido ya 3.000, dinero que alega, quejoso, ha pagado de su bolsillo mientras que los de Jaén, Huelva o Málaga reciben ayudas públicas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de noviembre de 2001