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Microcrédito, ¿panacea?

En el tráfico de niños esclavizados, la familia es el núcleo del problema y de la solución. Una familia abrumada por una pobreza inimaginable desde el mundo rico. De ahí que, en el sector de la cooperación, se haya generalizado el recurso al microcrédito como llave para sacar de la miseria a las familias africanas.

'Ahora hay muchas ONG que aportan microcréditos para que las familias empiecen a valerse por sí solas', dice González. 'El problema es que funcionan como un banco comunitario y, si alguien no devuelve el préstamo, es considerado moroso y no vuelve a tener crédito, con lo que se le condena a no salir de la miseria. Si el microcrédito se entrega a las mujeres, como hace el Grameen Bank de Mohamed Yunus en Bangla Desh, hay posibilididad de éxito, porque las africanas están acostumbradas a trabajar dentro y fuera de casa. Pero la clave está en que ONG locales, que conviven con las familias, les enseñen a gestionar el dinero para capitalizar. Sólo así el sistema arraigará'.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de noviembre de 2001