Entre los 24 competidores suman 1.218 años, con una media de 50 y diez meses los estadounidenses y de 49 y nueve sus adversarios. Pero entre 12 de ellos también coleccionan 48 títulos del Grand Slam, 30 los primeros y 18 los segundos. La vieja guardia del golf y la no tan vieja se han reunido el pasado fin de semana en The Ocean Course, en la isla norteamericana de Kia-wah (Carolina del Sur), para disputar la primera Copa Warburg, una versión de la Ryder, el duelo bienal Europa-Estados Unidos, reservada a los veteranos: cada equipo ha contendido con seis golfistas de entre 40 y 49 años y otros seis de más de 50.
La victoria (12,5-11,5) ha correspondido a Estados Unidos. Pero, como han destacado su capitán-jugador, Arnold Palmer, de 72 años y con siete grandes en sus vitrinas, y el del Resto del Mundo, el surafricano Gary Player, de 66 y con nueve, 'lo importante es que se ha recuperado la antigua camaradería', que se había ido perdiendo a medida que crecía la rivalidad y se desbordaba la pasión.
En las últimas ediciones de la Copa Ryder, en efecto, las disputas entre los norteamericanos y los europeos dejaron un sabor agrio. Tom Kite y Severiano Ballesteros, los capitanes en 1997, polemizaron en Valderrama (Cádiz) y en el turno siguiente, en 1999, en Boston (Massachusetts), los primeros invadieron el green antes de tiempo para festejar su triunfo sin respetar a José María Olazábal, que aún estaba en juego y tenía posibilidades de aguarles la fiesta.
Esta vez, por contra, todo ha sido armonía. Y los aficionados, que tanto idolatran en Norteamérica a los legendarios; las empresas golfísticas y publicitarias, que tanto se apoyan en ellos, y las televisiones, que tanto se benefician de estas transmisiones, han gozado con los Palmer, Tom Watson, Ray Floyd, Hale Irwin, Larry Nelson, Curtis Strange, Mark Calcavecchia, Mark O'Meara -faltó Jack Nicklaus-... y los Player, Nick Faldo, Bernhard Langer, Ian Woosnam, José María Cañizares...
Los estadounidenses, que han tocado a 27,75 millones de pesetas por 18,5 sus rivales, fueron peores por parejas (5-7), pero se desquitaron uno contra uno (7,5-4,5).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de noviembre de 2001