La ola de pesimismo desencadenada tras los atentados del 11 de septiembre ha condicionado drásticamente la visión de los empresarios alemanes sobre el futuro económico. El índice IFO, que mide mensualmente el nivel de confianza de los empresarios en Alemania, descendió el pasado mes de octubre hasta los 84,7 puntos en el este del país, el nivel más bajo alcanzado desde noviembre de 1993. Este indicador sirve como referencia a los mercados financieros para anticipar la evolución de la actividad en Alemania.
La caída de este índice ha pillado desprevenidos a los analistas, que auguraban un ligero incremento en octubre, hasta los 86 puntos o, a lo sumo, una estabilización. Pero el impacto de la crisis mundial ha sido mayor de lo previsto.
La economía alemana, que aporta un 33% al conjunto de la eurozona, se está viendo especialmente afectada por la desaceleración registrada en todo el mundo. Uno de los motivos es que el 10% de sus exportaciones va a parar a Estados Unidos. La rebaja de previsiones de crecimiento para el principal motor de la Unión Europea también ensombrece las perspectivas de los empresarios. La UE sólo espera una tasa de crecimiento del 0,7% para el año que viene.
En septiembre, el índice de confianza empresarial se situó en 85 puntos. En los Estados del este alemán, el IFO registró unos niveles superiores e incluso llego a subir levemente en octubre: del 96,5 de septiembre al 96,6. No obstante, el dato de la zona del oeste es el que se considera más indicativo para evaluar la situación de los negocios germanos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de noviembre de 2001