Todo el mundo sabe que las navidades, hace ya tiempo, empiezan en realidad en noviembre. Por lo menos para los comercios y los compradores. Desde ayer, 88 kilómetros de 280 calles de Barcelona están iluminados por más de 400.000 bombillas navideñas que colorean el paso de los viandantes. Pues aquí están ya las navidades de 2001, año marcado para siempre jamás por los fatídicos acontecimientos del 11 de septiembre. Este año el Ayuntamiento ha intensificado el uso de sistemas de iluminación de bajo consumo, de forma que casi el 50% del tendido es hilo luminoso o microlámparas de dos a cinco vatios.
Para el año que viene, la asociación de comerciantes del Barri Gòtic Barna Centre, que congrega 1.000 tiendas distribuidas en apenas 20 calles, ha organizado un concurso entre estudiantes y recién licenciados de diseño y arquitectura para redecorar las calles de un barrio que cada año recibe unos 51 millones de visitantes que pasean y compran, compran mucho. Según un estudio del Departamento de Industria, Comercio y Turismo, este año en Navidad los catalanes se gastarán 587.000 millones de pesetas, una media de 98.000 pesetas por persona. La fiebre consumista, gastronómica y, para otros, religiosa, ha empezado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de noviembre de 2001